RACIONALISMO Y AUTONOMÍA DE LA RAZÓN
Con Descartes, en el s. XVII, comienza la filosofía moderna. En palabras de Hegel:
«Con Descartes entramos [...] en una filosofía propia e independiente. [...] Esta filosofía erigida sobre bases propias y peculiares abandona totalmente el terreno de la teología filosofante [...] para situarse al otro lado. [...] Este pensamiento [...] se afirma y se hace fuerte como tal, relegando a segundo plano y rechazando como ilegítima la exterioridad muerta de la autoridad.» [Lecciones sobre la historia de la filosofía, III].
La nueva etapa del pensamiento que Descartes inaugura se caracteriza por la autonomía absoluta de la filosofía y de la razón frente a las autoridades religiosas o civiles tradicionales. A partir de ahora, la razón no se sentirá sometida a otra autoridad distinta de ella misma. La razón se considera el juez supremo a quien corresponde determinar lo verdadero y conveniente en el conocimiento, en la vida política y en la moral. Matemáticas y Geometría ejemplifican ahora el ideal del nuevo saber a fomentar.
Por Racionalismo se entiende la primera corriente filosófica de la Modernidad (s. XVII® ), inaugurada por Descartes y a la que pertenecen también Leibniz, Espinosa y Malebranche. Sostiene que nuestros conocimientos válidos y verdaderos sobre la realidad no proceden de los sentidos, sino de la razón, de nuestro entendimiento. Dos afirmaciones fundamentales respecto al conocimiento:
[1ª] Nuestro conocimiento acerca de la realidad puede ser construido deductivamente a partir de ciertas ideas y principios evidentes, independientes de la experiencia -ésta sólo proporciona materiales necesarios, pero confusos-.
[2ª] Las ideas y principios son innatos al entendimiento: éste los posee en sí al margen de toda experiencia sensible. A esto se llama innatismo: hay ideas innatas, connaturales al entendimiento, que no son generalizaciones a partir de la experiencia sensible.
El racionalismo se opone al «Empirismo» -la respuesta surgida en el s. XVIII al racionalismo del XVII. Principales representantes: Locke, Berkeley y Hume. Mantiene que todos nuestros conocimientos proceden, en último término, de los sentidos, de la experiencia sensible-.
2. Vida y obras de Descartes Nace el 31-3-1596. Tercer hijo de un consejero del Parlamento de la Bretaña. Entre 1604-1612 estudia en La Flèche, con los jesuitas, sobre todo lógica, filosofía y matemáticas. Desde el inicio, estudiante bien dotado y deseoso de adquirir conocimientos:
«Aunque sometió a fuertes críticas la educación tradicional que había recibido (tanto que, al dejar el colegio, renunció durante algún tiempo al estudio) no sintió resentimiento hacia sus maestros ni desprecio por su sistema de educación. (...) Siempre habló de los jesuitas de La Flèche con afecto y respeto, y consideraba su sistema de educación como muy superior al que proporcionaban la mayoría de las demás instituciones pedagógicas. Por sus escritos queda claro que había recibido la mejor educación posible dentro de la estructura tradicional» [Coplestone].
Repasando lo aprendido, descubrió que no estaba basado en fundamentos sólidos. Irónicamente dice:
«La filosofía nos enseña a hablar con una apariencia de verdad sobre todas las cosas, y hace así que seamos admirados por los menos sabios». «Aunque ha sido cultivada durante siglos por los mejores espíritus, no encontramos todavía en ella ninguna cosa sobre la cual no se dispute, y que no sea, por tanto, dudosa».
El 10-11-1619, tres sueños consecutivos le convencieron de que su misión era la búsqueda de la verdad mediante el empleo de la razón (cuando tuvo la oportunidad, siendo soldado del ejército de Maximiliano de Baviera, en Neuberg, junto al Danubio, de reflexionar mucho en solitario). Desde 1628 vivió en Holanda, donde permaneció hasta 1649.
Escribió:
* El tratado sobre el mundo, no publicada hasta 1677 por la condena de Galileo.
* Discurso sobre el Método y la recta conducción de la Razón y la búsqueda de la Verdad en las Ciencias, 1637, junto con ensayos sobre los meteoros, la dióptrica y la geometría.
* Reglas para la dirección del espíritu. Parecen escritas en 1628, aunque publicadas póstumamente.
* Meditaciones Filosofía Primera, en latín, junto con una serie de críticas y objeciones por parte de los teólogos y las respuestas de Descartes a ellas.
* Otra edición de las Meditaciones, junto con la séptima serie de objeciones y respuestas de Descartes.
* Principios de Filosofía, en 1644, en latín. Traducidos en 1647 al francés por el abad Claude Picot.
* Las pasiones del alma, 1649.
* La búsqueda de la verdad por la luz natural, diálogo inacabado. En 1701 apareció una traducción latina.
En septiembre de 1649 se trasladó a Suecia, a invitación de la Reina Cristina. Los rigores del invierno, junto con la práctica de la reina de hacerle acudir a las cinco de la mañana a la biblioteca (él, que estaba acostumbrado a pasar mucho tiempo en la cama), fueron demasiado para él y no pudo resistir un ataque de fiebre a finales de enero de 1650. El 11-2 murió.
Siempre fue hombre moderado y de disposición agradable. Nunca se casó, porque entendió que una vida retirada y tranquila era esencial para su obra. Siempre profesó la fe católica y tuvo una actitud respetuosa al hacerlo. No parece que su objetivo deliberado fuera construir un nuevo sistema filosófico enfrentado a los dogmas católicos tradicionales. En general, evitó siempre las discusiones puramente teológicas. Opinaba que el camino del cielo está tan abierto tanto a las ignorantes como a los doctos, y que los misterios revelados exceden a la comprensión humana. Como filósofo y matemático, no teólogo, se ocupó de problemas que, en su opinión, pudieran ser resueltos con la luz de la sola razón.
• El logro de la verdad filosófica mediante el uso de la razón. («Quería dedicarme por entero a la búsqueda de la verdad». D.M., 4.) Intentaba desarrollar un sistema de proposiciones verdaderas en el que no se diese por supuesto nada que no fuera evidente por sí mismo e indudable. Todo el edificio debía reposar sobre un fundamento seguro, de forma que el sistema fuera impermeable a los ataques corrosivos del escepticismo.
• Su concepción de la filosofía: «Filosofía significa el estudio de la sabiduría, y por sabiduría entiendo no solamente la prudencia en la acción, sino también un conocimiento perfecto de todas las cosas que el hombre puede conocer, tanto para orientar su vida y conservar su salud como para la invención de todas las artes» (P.F., Carta Prelim.).
• Filosofía incluía en Descartes no sólo la metafísica, sino también la física o filosofía natural, (= el tronco del árbol de las ciencias), de la que se derivan la medicina, la mecánica y la moral. Por moral, «entiendo la más alta y más perfecta ciencia moral que, presuponiendo un conocimiento completo de las demás ciencias, es el último grado de la sabiduría» (Ibid.). Reconoce un gran valor práctico a la filosofía. Cree que debe «abrir a cada uno el camino por el que pueda encontrar en sí mismo, y sin tomarlo de otro, todo el conocimiento que le es esencial para la dirección de su vida» (B.V.;A.T., IX B,3. Pero nunca elaboró una ciencia moral sistemática, de acuerdo con su propio plan.
Es indudable que, al menos en cierto sentido, rompió deliberadamente con el pasado.
[1º] Decidió comenzar desde el principio, sin confiar en la autoridad de ningún filósofo anterior (el exceso de confianza en Aristóteles hasta ese momento había provocado muchos retrasos en filosofía y en la ciencia en general, sobre todo en Astronomía y en Física). Prefería confiar en su propia razón que en la autoridad.
[2º] Había resuelto evitar aquella confusión de lo claro y lo evidente con lo que es solamente una conjetura más o menos probable, de lo que acusaba a los escolásticos. Sólo admitiría el conocimiento cierto.
[3º] Pretendía alcanzar ideas claras y distintas, para trabajar sólo con aquellas y rechazar las que no tenían un sentido claro (p.ej., los escolásticos no decían nada claro al distinguir sustancia de extensión o cantidad de sustancia incorpórea.
• Descartes concedió poco valor al saber histórico o libresco en general. Romper con el pasado no significaba rechazar todo cuanto otros filósofos habían tenido por verdadero. No pretendió nunca ser el primer hombre que descubriese proposiciones filosóficas verdaderas. Sólo quería encontrar y aplicar el método adecuado para la búsqueda de la verdad, un método que le capacitaría para demostrar verdades en un orden racional y sistemático, independientemente de que antes hubieran sido conocidas o no. Así podría construir una filosofía cierta y bien ordenada, con la que oponerse al escepticismo, más que al escolasticismo.
• Su ideal: un sistema orgánicamente conectado de verdades científicamente bien establecidas, ordenadas de tal modo que la mente pase de verdades fundamentales evidentes por sí mismas a otras verdades evidentes implicadas por las primeras. Se trataba de hacer que las verdades se ajusten a un esquema racional, del mismo modo que lo hacían las matemáticas.
[1º] Unidad del saber y necesidad de método - Las distintas ciencias son manifestaciones de una única sabiduría humana.
- La sabiduría es única porque la razón humana es una sola, aunque aplicada a diversos objetos.
- Si la razón es única, interesa conocer su estructura y funcionamiento, para conocer sin error.
[2º] Dos modos de conocimiento: - Intuición: Especie de «luz o instinto natural» por el que captamos sin posibilidad de error, y de forma inmediata, los conceptos simples que surgen de la razón misma. La intuición de las naturalezas simples es el punto de partida para la
- Deducción: Es una intuición sucesiva de las naturalezas simples y de las conexiones entre ellas. Se ejerce de dos modos: 1º) Análisis, hasta descomponer el objeto en sus elementos más simples; 2º) Síntesis, reconstruyendo deductivamente lo complejo a partir de lo simple.
Este es el único método que responde a la dinámica de la razón única. Pero sólo se ha empleado así en matemáticas, donde ha posibilitado un progreso extraordinario. Es necesario, por tanto, extenderlo a todos los ámbitos del saber. Por tanto,
- La deducción ha de realizarse según un orden para no perdernos en oscuras meditaciones.
- La construcción del sistema debe fundamentarse sobre una verdad absolutamente cierta. ¿Cómo? Eliminando todo aquello que admita la menor posibilidad de duda. De ahí
[4º] La duda como método. Distintos niveles: 1º. Desconfianza ante la información procedente de los sentidos (cfr. 2a).
• Pero no afecta a la existencia del mundo que nos rodea, de las cosas que percibimos. Si los sentidos nos inducen a veces a error, ¿qué garantías tenemos de que no lo hacen siempre?
* Objeción: No serán tan malos informadores cuando nos han permitido sobrevivir. Pero la física moderna, la astronomía, la óptica, etc., no se fía de ellos, del sentido común: Teoría de la relatividad, geometrías de Riemann (ej. de Copérnico: la tierra gira en torno al sol y no al revés).
2º. Imposibilidad de distinguir cuándo soñamos/cuándo estamos despiertos (= solipsismo!).
• No afecta a las verdades matemáticas, de la geometría o la aritmética (cfr. 3b).
• La viveza de algunas impresiones recibidas en sueños es extraordinaria, y ciertamente nos confundimos algunas veces. Aunque todos tenemos criterios para distinguir la vigilia del sueño, estos no sirven para fundamentar una certeza absoluta.
* Objeción: Descartes exagera, ha perdido el sentido común. Pero su objetivo es no dar ningún paso en falso. Se ve que soñaba con las matemáticas, triángulos, etc., y nunca los veía deformados.
3º. Hipótesis de un genio maligno empeñado en confundirme/equivocarme.
• No afecta, a pesar de su radicalidad, a una primera certeza absoluta: Yo soy. Si no existiera, no podría ser engañado. Por tanto, aunque al pensar me equivoque, es innegable que «Pienso, luego existo». Esta hipótesis equivale a suponer que tal vez mi entendimiento es de tal naturaleza que se equivoca necesariamente y siempre cuando cree haber captado la verdad. Es algo parecido a lo que hará Nietzsche: suponer que el hombre está mal hecho, que es incapaz de captar la verdad y que vive de ilusiones y voluntad de poder. Pero Descartes, como racionalista, opina que el hombre, utilizando adecuadamente su razón, puede llegar a la verdad en todos los campos del saber.
* La objeción de Kant: Pienso, luego existo no tiene por qué ser verdad: existe mucha gente que no piensa.
4º. Análisis de la primera certeza, prototipo de las demás:
• Me descubre como cosa que piensa, distinta a la realidad exterior. Puedo dudar de todo, menos de que existe un ser que duda. Por tanto, mi existencia está exenta de toda duda o error posible.
• Sustancia pensante: = que tiene su razón de ser en sí misma, no en nada exterior a ella; semejanza con la aristotélica en propiedades esenciales y accidentales; = mente, inteligencia, alma, razón, etc. Su actividad consiste en pensar, dudar, entender, afirmar, negar, querer o no querer, imaginar, sentir, etc.
• Se diferencia de la realidad exterior en que su naturaleza es sólo pensar.
* Objeción: ¿no necesita para existir de ningún lugar, cosa material, cuerpo, etc.? ¿Cómo podría ser lo que es si no existiera el cuerpo? Idealismo inaceptable: se sitúa al margen de la historia, de la naturaleza, como las matemáticas. Descartes se creía una raíz cuadrada! Supongo que después de los madrugones no pensaría igual.
• La primera certeza es modelo de toda verdad porque la capto con total claridad y distinción -Intuitivamente-. Aquí tenemos una referencia al primer modo de conocimiento: Por intuición captamos las ideas simples, las más fáciles de captar y sin posibilidad de error, sin necesidad de demostración, inmediatamente. Es el que nos muestra las verdades de la matemática, aritmética y geometría.
Pero, ¿no hay deducción en matemáticas o en geometría? ¿No está condicionado nuestro conocimiento intuitivo por nuestro inconsciente, nuestros deseos, intereses, etc.? ¿Acaso las cosas más simples como las leyes de Kepler, las de Newton, las de la termodinámica, etc., no han exigido largos años de investigación y sofisticadas técnicas matemáticas? ® Hay que matizar las afirmaciones de Descartes.
• Las ideas complejas, sin embargo, las conocemos por demostración, lo que supone posibilidad de dar pasos en falso si no utilizamos el método adecuado. Por tanto, tenemos ya el criterio de certeza: será verdadero todo lo que perciba con igual claridad y distinción. Esto valdrá como regla general.
5º. El «salto» de las ideas a la realidad objetiva
• Problema: ¿cómo demostrar, a partir de la primera certeza, la existencia de una realidad exterior al pensamiento? Contamos con dos elementos: el pensamiento (= actividad) y las ideas (= objetos del pensamiento). Ej: «Yo pienso que el mundo existe»: ® el yo que piensa (existencia indudable); ® el mundo exterior al pensamiento (= realidad dudosa); ® las ideas de mundo y existencia que indudablemente poseo (si no, no podría pensar que el mundo existe). Conclusión: el pensamiento piensa siempre ideas (en Descartes, las ideas son una representación o fotografía que contemplamos, no una lente a través de la cual percibimos las cosas). Por tanto, ¿cómo garantizar que a la idea de mundo corresponde una realidad efectiva, el mundo tal como es, más allá de las descripciones que hacemos de él?
• La actividad del pensamiento consiste en pensar (manejar, relacionar, procesar) ideas.
• Las ideas pueden ser consideradas bajo dos aspectos: En cuanto actos mentales (= modos de pensamiento), todas tienen la misma realidad (10a); en cuanto poseen un contenido objetivo, son muy distintas entre sí: más importantes las que representan sustancias que las que representan accidentes o modos.
[1] Adventicias: Parecen provenir de nuestra experiencia externa (hombre, árbol, colores).
[2] Facticias: Las que construye la mente a partir de otras (p.ej.: un Pegaso). Ambas son cuestionables. Ninguna puede servirnos para demostrar la existencia de la realidad extramental porque no tenemos certeza de que exista el mundo exterior, realmente (contra las adventicias) y porque no tenemos garantía de la verdad de las segundas al ser construidas por el pensamiento.
[3] Innatas: pocas, pero las más importantes: las posee el pensamiento en sí mismo (pensamiento, existencia, Dios).
[® Por tanto, el punto de partida del edificio racionalista serán las ideas innatas.]
6. La realidad objetiva de las ideas: Toda idea se origina en una causa real, extramental. • Dios como idea innata, necesariamente existente, que fundamenta la existencia del mundo exterior. La idea de infinito, innata, = idea de Dios (no puede ser adventicia porque no tenemos experiencia directa de Dios, y tampoco facticia [¿cómo demostrar que no es facticia?]; sabemos que algo es finito porque tenemos la idea de infinitud). ® Si la idea como realidad objetiva exige una causa real adecuada, la idea de un ser Infinito debe tener una causa infinita, ® luego el ser Infinito existe (12a-12b).
• Existencia del mundo: Puesto que Dios existe y es infinitamente bueno y veraz, no puede engañarme dejándome creer que el mundo existe; ® luego el mundo existe. Por tanto, Dios garantiza la existencia del mundo exterior y de la adecuada correspondencia de mis ideas con ese mundo exterior. Pero Descartes no indica que a todas mis ideas les corresponda una realidad extramental: Dios sólo garantiza la existencia de extensión y movimiento (como Galileo), nada más. A partir de aquí podrán deducirse las demás cualidades de la física.
[Sustancia infinita (= Dios); sustancia pensante (= yo); sustancia extensa (= los objetos físicos).] Sustancia es una cosa que existe de tal modo que no necesita de ninguna otra cosa para existir. Pero tal definición sólo puede ser aplicada de modo absoluto a Dios.
Nota: El objetivo último de Descartes al afirmar que alma y cuerpo, pensamiento y extensión constituyen sustancias distintas es salvar la autonomía del alma respecto de la materia. Descartes comparte la concepción mecanicista y determinista del mundo material existente en la ciencia clásica, donde no quedaba lugar alguno para la subjetividad. En este universo, la libertad del ser humano sólo podía salvaguardarse sustrayendo el alma del mundo de la necesidad mecanicista, y esto exigía situarla como una esfera independiente y autónoma de la materia. Esa independencia de alma y cuerpo es la aportación central del concepto cartesiano de sustancia.
* La problemática de la autonomía y la libertad como origen y objetivo último de la filosofía de Descartes.
* Giro radical en la evolución del pensamiento occidental
* Objetivo de Descartes: salvaguardar la autonomía del alma respecto de la materia, frente a la concepción mecanicista y determinista del mundo medieval, donde no quedaba lugar alguno para la libertad. La libertad sólo podía conservarse sustrayendo el alma del mundo de la necesidad mecanicista; para ello había que situarla como una esfera independiente y autónoma de la materia. Esta idea de independencia entre alma y cuerpo es la que aporta el concepto de cartesiano de sustancia. Pero, ¿es evidente que yo soy distinto de mi cuerpo y que puedo existir sin él?
* Solipsismo idealista exacerbado.
* ¿Existe un yo al margen de la historia, de la economía, de la sociedad, de los demás?
BARUCH SPINOZA
Biografía: Amsterdam, 1632. Descendiente de judíos españoles. Formado intelectualmente en la religión y filosofía judías tradicionales, y en la filosofía de Descartes. Excomulgado y expulsado de la Sinagoga en 1656, se trasladó a La Haya, donde vivió modestamente como pulidor de vidrios para lentes. Murió en 1677 (44 años). Obras:
Reforma del entendimiento (tratado acerca del método)
Tratado teológico-político
Ética more geometrico demonstrata.
En Descartes, la noción de sustancia incluía:
a) la autonomía e independencia de la sustancia expresada en su definición -no necesita de otra cosa para existir-.
b) la percepción clara y distinta de la autonomía de la sustancia y de su independencia respecto de cualquier otra sustancia.
La definición de Spinoza:
«Por sustancia entiendo aquello que es en sí y se concibe por sí: esto es, aquello cuyo concepto, para formarse, no precisa del concepto de otra cosa».
Es decir: sustancia es aquello que existe por sí mismo y es conocido por sí mismo. Esta definición implica que entre el orden del conocimiento y el orden de la realidad existe una correspondencia perfecta: lo que existe por sí mismo es conocido por sí mismo, y lo que es conocido por sí mismo existe por sí mismo.
• Spinoza entiende la realidad como un todo único, en el que cada parte remite a la totalidad y en ella encuentran su justificación y fundamento. A esta sustancia única y total le llama Deus sive Natura (Dios o Naturaleza). A esta doctrina de Spinoza se le conoce como monismo panteísta.
• Spinoza opina que la sustancia creada debe entenderse necesariamente como una sustancia producida por Dios. No hay pluralidad de sustancias ni diversas sustancias creadas. Las partes no son autosuficientes; lo es el todo. La sustancia infinita posee infinitos atributos, de los cuales conocemos el pensamiento y la extensión. Existe una sustancia infinita, única, que se identifica con la totalidad de lo real. Cada atributo se realiza en distintos modos: almas y cuerpos particulares.
• «El orden y conexión de las ideas es el mismo que el orden y conexión de las cosas». Este es el fundamento de todo su sistema filosófico. Implica:
a. Que todo lo real y cada una de sus partes están relacionadas entre sí. La realidad tiene la misma estructura que un sistema geométrico -cada proposición y teorema se vinculan estrechamente con los demás-. A partir de ciertos axiomas y definiciones se deduce en forma de teoremas la estructura de la realidad.
b. La conexión entre las ideas y proposiciones de un sistema geométrico-matemático es necesaria, continua e intemporal.
Por tanto, todas las conexiones entre el orden del pensamiento y el de la realidad serán también necesarias, continuas e intemporales. Spinoza, pues, contempla la realidad desde el modelo geométrico -more geometrico- y desde una perspectiva intemporal, como desde la eternidad -sub specie aeternitatis-.
LEIBNIZ
• Biografía: Nace en Leipzig (1646) y muere en 1716. Formación en el pensamiento aristotélico, platónico, escolástico y cartesiano. Doctor en Derecho -19 años- y dedicación a la política/carrera diplomática. Conoció los trabajos matemáticos de Pascal e inventó el cálculo infinitesimal en 1676. Conoció a Spinoza y a otros filósofos importantes de la época. • Obras:
Discurso de Metafísica. El sistema nuevo de la naturaleza y de la comunicación de las sustancias.
Monadología
Nuevos ensayos acerca del entendimiento humano (análisis de la obra de Locke)
Ensayo de Teodicea
[1] El concepto leibniziano de sustancia (mónada) Leibniz comparte la noción cartesiana de sustancia como realidad autónoma e independiente de cualquier otra. De Descartes rechaza:
- la idea de que la extensión es la esencia de la sustancia material;
- sus explicaciones mecanicistas del movimiento.
• Según Leibniz, existen infinidad de sustancias simples, a las que llama mónadas. Las causas por las que las mónadas intervienen en los procesos naturales o actúan son internas a ellas mismas; no actúan por influjo exterior. Ninguna sustancia interviene, modifica o determina la acción de las demás. (Malebranche: Las sustancias no se afectan unas a otras. Es Dios quien interviene con ocasión -ocasionalismo- de ciertos fenómenos naturales).
• El orden que observamos en el universo se debe a la existencia de una armonía preestablecida: Dios creó las mónadas y las ordenó de tal modo que el resultado de sus acciones en conjunto fuese armónico y racional.
En el análisis de nuestro conocimiento, distingue Leibniz dos tipos de verdades:
i) Verdades de razón: Se captan por mero análisis de los términos de una proposición: «La recta es la línea más corta entre dos puntos». Respetan siempre el principio de no-contradicción: «El conjunto ocupa más espacio que las partes».
ii) Verdades de hecho: Se captan por experiencia o estudio e investigación: «Los visigodos invadieron la Península» no se conoce por mero análisis del término visigodo o de Península. El fundamento de estas verdades es el principio de razón suficiente: todo lo que existe o sucede debe tener una razón para existir o acaecer. Bastaría conocer las razones del expansionismo visigodo para deducir que invadirían la Península.
Leibniz defendió siempre la libertad del ser humano para actuar conforme a su voluntad, y eso explica su recurso a la distinción entre verdades de hecho y de razón. Pero las verdades de hecho se reducen prácticamente a las de razón o analíticas: la razón suficiente de los visigodos para invadir Iberia estaba presente en cada uno de los dirigentes godos; luego analizando bien el carácter y personalidad de los godos descubriríamos que «invadirían Iberia antes o después».
Leibniz intentó defenderse de estas objeciones argumentando que:
i) El entendimiento humano tendría que realizar un análisis casi infinito del término «visigodo», y esto es imposible. Sólo por experiencia terminaremos sabiendo lo que harán los godos, no deductivamente.
ii) Pero existe otra diferencia: las verdades de razón se refieren a esencias -son V independientemente de que existan o no los objetos a los que refieren: los tres ángulos de un triángulo suman dos rectos, existan o no triángulos-, mientras que las verdades de hecho se refieren a existencias -sólo son V si existen los objetos referidos por ellas-.
c. Dios y el principio de razón suficiente Según Leibniz, las verdades de razón se fundamentan en el entendimiento divino, y las verdades de razón en la voluntad divina, que ha decidido crear un mundo con objetos tales como los visigodos y la Península. La razón para que Dios creara este mundo y no otro diferente es que este es el mejor de todos los mundos posibles, y eso explica su creación. Luego ni el mismo Dios sería libre para crear un mundo distinto de éste.
Resumen sobre el Racionalismo
a. Ideal de ciencia deductiva, siguiendo el modelo matemático: Podemos deducir todo el sistema de conocimiento a partir de ciertas ideas y principios evidentes o axiomas.
b. El influjo del modelo matemático introdujo, además: • La convicción de que el ámbito de la razón y del pensamiento obedece a reglas estrictamente necesarias: unas cosas se deducen de otras, como en matemáticas o en lógica.
• Se vuelve problemática la idea de libertad en un sistema tan rígido y riguroso: Por eso Spinoza negó que existan hombres libres, y afirmaba que «la libertad no es más que ignorancia de lo que nos determina».
• Convicción de que nuestro pensamiento refleja perfectamente el orden de la realidad y se corresponde con lo que en ella sucede.
• La correspondencia pensamiento-realidad provocó un notable menosprecio de la experiencia: el pensamiento es capaz de descubrir la estructura de la realidad sin recurrir a la experiencia. Esto explica la creencia en ideas y principios innatos, no extraídos de la experiencia, a partir de los cuales se puede construir nuestro edificio cognoscitivo.
• Recurso último a Dios para garantizar la correspondencia entre el orden del pensamiento y el orden de la realidad: un Dios perfecto y veraz que no puede engañarnos (Descartes); un Dios que crea un universo armonioso/ordenado (Leibniz); y un Dios totalmente identificado con la naturaleza (Spinoza).
c. Raíces antropológicas de la filosofía racionalista: • La motivación última de la filosofía racionalista no es tanto el interés por el conocimiento científico-teórico de la realidad cuanto una profunda defensa de la libertad y dignidad racional del hombre.
• Todo el propósito de Descartes se resume en «aprender a distinguir lo verdadero de lo falso, con el fin de ver claro en mis acciones y caminar con seguridad por esta vida» (Discurso). Se pretende fundamentar en la razón el uso de la libertad, para que el uso racional de ésta haga posible alcanzar la felicidad y perfección humanas.
• Para Spinoza, el conocimiento de la realidad es una condición previa para conocer la naturaleza humana y saber cómo alcanzar la felicidad que nos corresponde.
• Descartes separa el alma del cuerpo de manera mucho más radical que Platón: los considera sustancias autónomas e independientes. De ahí que en Descartes se agudice el problema del conflicto entre pasiones/tendencias naturales y las partes inferior o superior del alma. Las pasiones, según Descartes, son involuntarias (el alma no controla su origen e influencia), inmediatas y con frecuencia irracionales (esclavizan al alma). La tarea del alma respecto a las pasiones es intentar someterlas a los criterios de la razón, con la fuerza de voluntad necesaria.
• El yo, la sustancia pensante, se reduce a dos facultades: entendimiento y voluntad. Uno u otra explican todas nuestras acciones. La existencia de libertad es innegable -una de las primeras nociones innatas-; el hombre alcanza su perfección sólo mediante el ejercicio de su libertad. Y gracias a ella dominamos nuestras acciones y conducta.
•. Para el hombre, la libertad consiste en elegir lo que es propuesto como verdadero y bueno por el entendimiento, no en la mera indiferencia ni en la posibilidad absoluta de negarlo todo (eso sería ignorancia).
• Para que el alma sea libre y feliz, debe liberarse de la esclavitud a que la someten las pasiones (Descartes). En Spinoza, sólo se es libre y alcanzamos la felicidad cuando el alma (nuestro entendimiento) consigue un conocimiento claro y distinto de las cosas. Dejaremos de odiar y sentir temor cuando conozcamos las causas que determinan los fenómenos en la naturaleza.
• Para Spinoza, la libertad consiste en el conocimiento cada vez más profundo del orden natural y en la aceptación racional de sus procesos. De este modo conoceremos al mismo Dios (conocer la naturaleza y conocer a Dios se identifican).
• Muchos han visto la profunda influencia de los estoicos en Spinoza: determinismo total, necesidad de aceptar el determinismo como destino y orden racional; necesidad de liberarse de las pasiones, intelectualismo -salvación/felicidad por el conocimiento- y reducción de la libertad a la razón.