I.
EPISTEMOLOGÍA O GNOSEOLOGÍA MEDIEVAL Y
RENACENTISTA
Fig: http://4.bp.blogspot.com/epistemologia%255B1%255D.jpg
La Filosofía
medieval. Relación de temas
1. San Agustín de
Hipona. 2. San Anselmo de Canterbury. 3. Santo Tomás de Aquino. 4. Guillermo de
Ockham. 5. Santo Tomás Moro.
La filosofía medieval
A diferencia de lo
que había ocurrido con la filosofía griega, que había centrado su reflexión en
torno a la determinación del objeto, la filosofía medieval centrará su interés
en Dios. La filosofía helenística había dado una orientación práctica al saber,
dirigiéndolo hacia la felicidad del hombre. Es el caso del estoicismo y del
epicureísmo, que habían colocado a la ética en el vértice del saber. A lo largo
de los primeros siglos de nuestra era, la progresiva expansión del cristianismo
y otras religiones mistéricas irá provocando la aparición de otros modelos de
felicidad o "salvación individual", que competirán con los modelos
filosóficos. Frente a la inicial hostilidad hacia la filosofía manifestada por
algunos de los primeros padres apologistas cristianos, sus continuadores
encontrarán en la filosofia, especialmente a partir del desarrollo del
neoplatonismo de Plotino, un instrumento útil, no sólo para combatir otras
religiones o sistemas filosóficos, sino también para comprender, o intentar
comprender, los misterios revelados. Surge de ahí una asociación entre
filosofía y cristianismo o, más en general, entre filosofía y religión, que
pondrá las bases de la futura filosofía medieval, entre los cristianos, los musulmanes
y los judíos. El tema fundamental de reflexión pasará a ser la divinidad,
quedando subordinada la comprensión e interpretación del mundo, del hombre, de
la sociedad, etc. al conocimiento que se pueda obtener de lo divino. La fe, que
suministra las creencias a las que no se puede renunciar, tratará de entrar en
diálogo con la razón. La inicial sumisión de la razón exigida por la fe, dejará
paso a una mayor autonomía propugnada, entre otros, por Santo Tomás de Aquino,
que conducirá, tras la crisis de la Escolástica, a la reclamación de la
independencia de la razón con la que se iniciará la filosofía moderna.
EPISTEMOLOGIA O GNOSEOLOGIA AGUSTINIANA
Aunque sin llegar
a elaborar una teoría del conocimiento San Agustín se ocupará del problema del
conocimiento, tratando de establecer las condiciones en las que se puede dar el
conocimiento de la verdad, según el ideal cristiano de la búsqueda de Cristo y
la sabiduría.
Ante el desarrollo
del escepticismo defendido por la Academia nueva, con cuyas tesis había
simpatizado anteriormente, San Agustín considerará fundamental la crítica del
mismo. Niegan los escépticos la posibilidad de alcanzar certeza alguna. Ante
ello San Agustín replica afirmando la necesaria certeza de la propia
existencia: ¿puedo razonablemente dudar de mi existencia, aun suponiendo que
todos mis juicios estuvieran siempre equivocados? No, dice San Agustín, ya que
aun en el caso de que me engañarse no dejaría de existir (al menos el juicio
"si fallor, sum" sería siempre verdadero, asegurando la certeza de mi
existencia); pero la certeza es triple, ya que el hombre existe, vive y
entiende.
En ese
conocimiento cierto que tiene la mente de sí misma y por sí misma, en la
experiencia interior, asentará San Agustín la validez del conocimiento. Así, no
puedo dudar de la certeza de los principios del entendimiento, como el
principio de no contradicción; ni de la certeza de las verdades matemáticas.
Tampoco puedo dudar de la certeza de la realidad exterior, en la que vivo. No
obstante la mente, buscando la verdad en sí misma, se trascenderá a sí misma al
encontrar en ella las ideas, verdades inmutables que no pueden proceder de la
experiencia.
Distinguirá San
Agustín varios tipos de conocimiento, asegurada su posibilidad: el conocimiento
sensible y el conocimiento racional; el conocimiento racional, a su vez, podrá
ser inferior y superior. El conocimiento sensible es el grado más bajo de
conocimiento y, aunque realizado por el alma, los sentidos son sus
instrumentos; este tipo de conocimiento sólo genera en mí opinión, doxa, tipo
de conocimiento sometido a modificación, dado que versa sobre lo mudable (puede
observarse la clara dependencia platónica del pensamiento agustiniano); al
depender del objeto (mudable) y de los sentidos (los instrumentos) cualquier
deficiencia en ellos se transmitirá al conocimiento que tiene el alma de lo
sensible. El verdadero objeto de conocimiento no es lo mudable, sino lo inmutable,
donde reside la verdad. Y el conocimiento sensible no me puede ofrecer esta
verdad.
El conocimiento
racional, en su actividad inferior, se dirige al conocimiento de lo que hay de
universal y necesario en la realidad temporal, y es el tipo de conocimiento que
podemos llamar ciencia (como los conocimientos matemáticos). Ese tipo de
conocimiento depende del alma, pero se produce a raíz del "contacto"
con la realidad sensible, siendo ésta la ocasión que permite que la razón
origine tales conocimientos universales.
El conocimiento
racional, en su actividad superior, es llamado por San Agustín sabiduría; es el
auténtico conocimiento filosófico: el conocimiento de las verdades universales
y necesarias, las ideas, siguiendo a Platón. Hay, pues, una gradación del
conocimiento, desde los niveles más bajos, sensibles, hasta el nivel más
elevado, lo inteligible, la idea: "Las ideas son formas arquetípicas o
esencias permanentes e inmutables de las cosas, que no han sido formadas sino
que, existiendo eternamente y de manera inmutable, se hallan contenidas en la
inteligencia divina" (Quaestio XLVI, De ideis, 2).
Las ideas se
encuentran, pues, en la mente de Dios. ¿Cómo se alcanza el conocimiento de las
ideas? Dado su alejamiento de lo sensible, realidad en la que se encuentra el
hombre, las ideas sólo se pueden conocer mediante una especial iluminación que
Dios concede al alma, a la actividad superior de la razón. El verdadero
conocimiento depende, pues, de la iluminación divina. ¿Cómo interpretar esta
iluminación? Según la llamada interpretación ontologista la iluminación
significaría que el alma contempla directamente las ideas o esencias en la
mente divina, lo que plantea problemas teológicos, dado que de alguna manera el
alma contemplaría la esencia divina.
Otras interpretaciones
conciben la iluminación como un poder que Dios concede a la razón, una virtud
especial por la que el alma queda capacitada para alcanzar por sí misma las
verdades eternas, pero que el alma no posee por naturaleza. Para otros la explicación
nos la daría el símil que establece Platón entre el sol y el Bien: la idea de
Bien ilumina todas las demás realidades permitiendo que sean captadas
(presentándose así como la fuente del ser y del conocimiento).
San Anselmo de
Canterbury fue uno de los filósofos más relevantes de la tradición agustiniana,
por lo que debemos situarlo en la esfera de influencia filosófica del
platonismo. No obstante, sus preocupaciones fundamentales eran de tipo
religioso y espiritual. En este sentido concibe la filosofía como una ayuda
para comprender la fe: hay una sola verdad, la revelada por Dios, que es objeto
de fe; pero la razón puede añadir comprensión a la fe y, así, reforzarla. La
expresión "credo, ut intelligam" resume su actitud: la razón sola no
tiene autonomía ni capacidad para alcanzar la verdad por sí misma, pero resulta
útil para esclarecer la creencia. La razón queda situada en una relación de
estricta dependencia con respecto a la fe.
EPISTEMOLOGIA O GNOSEOLOGIA TOMISTA
Sto. Tomás no se
ocupó específicamente de desarrollar una teoría del conocimiento, del modo en
que se ocuparán de ello los filósofos modernos. Al igual que para la filosofía
clásica, el problema del conocimiento se suscita en relación a otros problemas
en el curso de los cuales es necesario aclarar en qué consiste conocer. En el
caso de santo Tomás esos problemas serán fundamentalmente teológicos y
psicológicos. No obstante, la importancia que adquirirá el estudio del
conocimiento en la filosofía moderna hace aconsejable que le dediquemos un
espacio aparte.
Todo nuestro
conocimiento comienza con los sentidos; siguiendo la posición aristotélica al
respecto, santo Tomás, habiendo rechazado las Ideas o formas separadas, estará
de acuerdo con los planteamientos fundamentales del estagirita. El alma, al
nacer el hombre, es una "tabula rasa" en la que no hay contenidos
impresos. Los objetos del conocimiento suscitan la actividad de los órganos de
los sentidos, sobre los que actúan, produciendo la sensación, que es un acto
del compuesto humano, del alma y del cuerpo, y no sólo del alma como pensaba
Platón. Para que haya conocimiento es necesario, pues, la acción conjunta de
ambos, por lo que la posibilidad de una intuición intelectual pura, que ponga
directamente en relación el intelecto y el objeto conocido, queda descartada.
Santo Tomás
seguirá la explicación del conocimiento ofrecida por Aristóteles. El objeto
propio reconocimiento intelectivo es la forma, lo universal; pero esa forma
sólo puede ser captada en la sustancia. Por lo tanto, es necesario que la
sustancia, la entidad concreta e individual, sea captada mediante los sentidos,
para poder ofrecer al entendimiento su objeto propio de conocimiento. Esta
actividad primaria es realizada por los sentidos, quienes, en colaboración con
la imaginación y la memoria, producen una imagen sensible
("phantasma") de la sustancia, que sigue siendo una imagen concreta y
particular; sobre esa imagen actuará el entendimiento agente, dirigiéndose a
ella para abstraer la forma o lo universal, la "especie inteligible",
produciendo en el entendimiento paciente la "species impressa" quien,
a su vez, como reacción producirá la "species expressa", que es el
concepto universal o "verbum mentis". El proceso de abstracción
consiste, pues, en separar intelectualmente lo universal, que sólo puede ser
conocido de esta manera. La consecuencia es la necesidad de tomar como punto de
partida la experiencia sensible en todo conocimiento. También en el
conocimiento de las cosas divinas, por lo que Sto. Tomás adoptará el método
"a posteriori" en su demostración de la existencia de Dios a través
de las cinco vías.
Al igual que para
Aristóteles, pues, el objeto del verdadero conocimiento es la forma, lo
universal, y no lo particular: de la sustancia concreta: conocemos la forma, no
la materia, que en cuanto materia prima resulta también incognoscible. Por lo
demás, aunque el punto de partida del conocimiento sea lo sensible, lo
corpóreo, su objeto propio es la forma, lo inmaterial. ¿Qué ocurre entonces con
aquellas sustancias no materiales? Para Sto. Tomás está claro: no es posible
tener en esta vida un conocimiento directo de ellas (los ángeles y Dios). El
conocimiento de estas sustancias sólo se puede obtener por analogía, en la
medida en que podamos tener un conocimiento de los principios y de las causas del
ser.
EPISTEMOLOGIA O GNOSEOLOGIA DE GUILERMO DE
OKHAM (OCCAM)
Si San Agustín había explicado el tema del conocimiento con la doctrina
de la iluminación, de inspiración platónica, santo Tomás lo había hecho con la
teoría de la abstracción, de raíz aristotélica. En ambos casos el conocimiento
representa el conocimiento de la esencia, dejando al margen la individualidad y
particularidad del objeto conocido. Occam se opondrá a ambas explicaciones,
rechazando la posibilidad de conocer directamente las esencias tanto como la
posibilidad de un conocimiento abstractivo, ofreciéndonos una explicación
basada en la intuición sensible, que nos permite entrar en contacto
directamente con la realidad individual y concreta, postura conocida con el
nombre de nominalismo.
¿Conocemos directamente, pues, la realidad individual o conocemos sólo
las esencias universales? La intuición no es, para Occam, la captación directa
por parte del sujeto de una esencia, de una idea de tipo platónico, sino la
relación directa del sujeto que conoce con el objeto conocido, con la cosa. En
este sentido, el conocimiento es algo que se ofrece de modo directo e inmediato
al individuo (no el resultado de una abstracción, de una elaboración del
entendimiento que culmina en un concepto); es algo, por lo tanto, presente, que
queda garantizado por la inmediatez, por la presencia de la cosa que es la
causa inmediata de dicho conocimiento, por el que se afirma en consecuencia la
existencia de la cosa y del que dependen también las relaciones entre las
cosas.
El conocimiento abstractivo no es posible, porque lo universal no es
real, no es algo que esté presente. Los conceptos los formamos espontáneamente
en el entendimiento, no a través del proceso abstractivo descrito por
Aristóteles y por santo Tomás. ¿Qué son los conceptos? No pueden representar
unas esencias que no tienen presencia ni existencia real: no son más que signos
de carácter lingüístico que se forman a partir de la experiencia, por
generalización. Distingue Occam dos tipos de signos: los naturales y los
convencionales. Son signos naturales los concebidos por la mente y, en este
sentido, pueden ser llamados palabras mentales. Los signos convencionales puede
ser de dos clases: proferidos y escritos, es decir pertenecientes al lenguaje
hablado o al lenguaje escrito. La función de los signos es hacer las veces de
las cosas que significan en el discurso, sustituirlas. En ningún momento
representar esencias inexistentes.
El rechazo de la explicación tomista del conocimiento (por vía de la
abstracción, siguiendo a Aristóteles) va asociado a la modificación de los
presupuestos lógicos que se pueden aceptar en el discurso filosófico, y a la
elaboración de algunas propuestas metodológicas, entre las que se suele
destacar el principio de economía, también conocido como la "navaja de
Ockham", que supone el rechazo de lo superfluo, de lo que no aparezca de
modo inmediato a la intuición sensible, y la exigencia de simplicidad en la
explicación de los sucesos reales, y cuya formulación tradicional se presenta
del modo siguiente: "no hay que multiplicar los entes sin necesidad"
(entia non sunt multiplicanda praeter necessitatem).
La obra de Tomás Moro está impregnada de los ideales del humanismo,
recibiendo directamente el influjo de los pensadores clásicos, pero teniendo en
cuenta las condiciones históricas de su tiempo, lo que se puede observar
perfectamente en su conocida obra "De optimo reipublicae statu deque nova
insula Utopia",(Sobre la mejor condición del estado y sobre la nueva isla
Utopía ), escrita en 1516, bajo la clara influencia de la "República"
de Platón. Especialmente interesantes pueden resultar todavía para nosotros sus
ideas sobre la tolerancia (política y religiosa) y sus consideraciones sobre la
violencia, que le conducen al rechazo y condena de la guerra.
La filosofía del renacimiento
Las relaciones
entre humanismo y Renacimiento se presentan bajo el aspecto de una polémica:
mientras que el humanismo se caracterizará por el retorno a la sabiduría
clásica, en el marco de una preocupación fundamentalmente de signo filológico y
teológico, el Renacimiento lo hará como impulsor del desarrollo de la ciencia.
Así, el Renacimiento, sin renunciar a los temas básicos del humanismo, le
superará, al desligar tales temas de la perspectiva teológica y enlazarlos con
el pensamiento científico
a) Caracteres del humanismo
1. Uno de los
rasgos distintivos más conocidos y destacados del humanismo es su interés por
lo "antiguo", por lo clásico, interés en el que predomina el punto de
vista de la investigación filológica. Este interés provoca el desarrollo de la
perspectiva histórica en el acercamiento a otra cultura, por que se puede
afirmar que con el humanismo se consolida la historicidad como clave del
pensamiento europeo.
2. A diferencia de
lo que ocurría en la edad media, donde el hombre era considerado
fundamentalmente desde una perspectiva teológica, los humanistas valorarán el
hombre desde una perspectiva mundana, no-divina, es decir, el hombre será visto
como un ser natural e histórico. La religión, aparte de su función redentora,
es considerada ante todo en su función civil. Así, tanto la religión como la
tolerancia religiosa son instrumentos válidos para asegurar el ideal de la paz
civil. La creencia en la unidad última de todas las religiones es afirmada,
consecuentemente, desde esta caracterización.
b) Caracteres del Renacimiento
1. El ideal común de este período viene definido
por la esperanza de un renacer del ser humano a una vida verdaderamente
"humana", mediante el recurso a las artes, las ciencias, la
investigación... poniendo de manifiesto la consideración del ser humano como
ser natural, en oposición a la consideración medieval del ser humano como
ser-para-Dios.
2. El retorno a
los antiguos significa no sólo la recuperación de su obra, sino
fundamentalmente el retorno al principio, a los orígenes de la vida humana,
cultural, del ser humano. Volver al principio no significa volver a Dios, sino
precisamente al terreno del hombre y del mundo humano. De ahí la valoración del
pensamiento filosófico pre-cristiano. El retorno significa, además, una
conquista. La vuelta a los orígenes, al principio, conlleva la conquista de la
personalidad humana. El que este retorno se efectúa mediante las artes y las
ciencias, y no mediante experiencias místicas interiores, por ejemplo,
significa una búsqueda de la objetividad. En efecto, sólo la objetividad puede
poner en evidencia el status original del hombre frente a la naturaleza, es
decir, manifestar su origen y su condición humana.
3. Por lo mismo,
el hombre es libre de decidir su conducta, de elegir su destino, lo que supone
una exaltación de la libertad individual tanto en el orden teológico como el
orden cultural y social.
Principales corrientes filosóficas del
Renacimiento
a) Platonismo.
b) Aristotelismo
averroista (Padua, un solo entendimiento) y Aristotelismo alejandrino
(Alejandro de Afrodisia, muchos entendimientos).
c) Estoicismo,
epicureísmo, escepticismo.
d) Naturalismo:
Bruno, Telesio, Campanella.
e) A ellas hay que
sumar la actividad científica representada por Copérnico, Galileo y Kepler, en
lo que supondrá la renovación de la concepción del Universo.
Características filosóficas
Una de las
características más notables del Renacimiento es el antropocentrismo, lo que
supone una valoración no sólo de la personalidad del ser humano, sino también
de su individualidad.
2. También el
naturalismo irá asociado al desarrollo del Renacimiento. Se destacan los
aspectos naturales del hombre versus los aspectos sobrenaturales. Es algo de lo
que encuentran los renacentistas que "vuelven" a Aristóteles: la
separación del universo y de Dios y la exaltación de la naturaleza; al igual
que los que se "vuelven" hacia Platón, buscando una religiosidad
natural y la exaltación del hombre y de su libertad (el hombre no es malo, es
ignorante, no necesita, pues, la gracia divina para su redención).
3. Bacon,
Copérnico, Galileo, Kepler, son figuras centrales en el desarrollo de la
ciencia, que supondrá la destrucción de la imagen ptolomeica del mundo,
inspirada en el universo cerrado y geocéntrico de las dos esferas; la creciente
y progresiva matematización de la naturaleza y el desarrollo del método
experimental serán dos de las bazas más significativas de su triunfo.
4. El Renacimiento
supone pues el renacer del espíritu de libertad de un ser humano que se quiere
inserto en la naturaleza y en la historia.
Fuente: http://www.webdianoia.com/filosofia/medieval.htm
SELECCIÓN TEXTOS AMBITO EPISTEMOLÓGICO PARA ANÁLISIS E
INTERPRETACIÓN Y SÍNTESIS BASES PARA LAS PRUEBAS SABER
Epistemológico: Se evalúan los
grandes interrogantes en torno al conocimiento y las interpretaciones y
respuestas que de éstos han dado los filósofos más destacados a través de la
historia. Contempla las concepciones más significativas sobre la verdad, la
razón, el origen y la esencia del conocimiento, y las relaciones entre
pensamiento, lenguaje y mundo, entre otros aspectos. Así mismo, tiene en cuenta
aspectos centrales del saber científico, como el problema del método, la verdad
y la objetividad, así como las relaciones entre ciencia, técnica y sociedad.
1. EPISTEMOLOGÍA DE LA EDAD MEDIA
ASPECTOS GENERALES DE LA FILOSOFÍA MEDIEVAL
·
Durante
la Edad Media el problema del conocimiento se centra en la posibilidad de
relacionar fe y razón, que son consideradas como fuentes del conocimiento. La
fe revela las verdades divinas y la razón revela una verdad objetiva. Fe y
Razón son compatibles y se necesitan mutuamente, no se dan por separado. Con
respecto a este problema una posible solución sería separar la razón de la fe para limitar la fe y afirmar el pensamiento
racional contra los datos proporcionados por la revelación.
·
La
imagen del orden de la realidad en la época Medieval fue considerada
teocéntrica. Una forma de representar una perspectiva contraria a la de la
época Medieval es:
AGUSTÍN DE HIPONA
·
San
Agustín considera que la búsqueda de certezas lleva al hombre a su propio ser
donde residen las verdades seguras y necesarias otorgadas por Dios para obtener
un conocimiento de toda la realidad. Según este planteamiento, la causa
originaria de la verdad es la divinidad por cuanto ilumina las ideas necesarias
para determinar la realidad de todo. En este sentido, el camino que propone el
autor para lograr el verdadero conocimiento es ir del mundo exterior al mundo interior del espíritu humano y desde
allí al Ser Supremo quien esclarecerá la verdad.
·
Para
San Agustín, hay que creer lo que Dios revela para llegar al verdadero
conocimiento. De esta forma, si Dios es la Verdad y de su iluminación procede
la comprensión de toda verdad parcial, se puede comprender que para el Santo no
puede establecerse una distinción muy clara entre la razón y la fe, porque hay una mutua colaboración entre ellas y la
fe es igualmente algo racional.
·
San
Agustín afirma la existencia de la verdad a partir de la existencia de Dios,
que es verdad y bien absoluto, centro y fin de todo. Según este autor, el
fundamento de la felicidad esta en la suprema verdad, a la cual se puede
acceder por medio de la naturaleza del conocimiento humano, y por medio del
maravilloso orden de las cosas externas y naturales. Esta afirmación que
identifica a Dios con la suprema verdad, se explica porque para San Agustín, el
ser del hombre 1. Se encuentra en la
felicidad que satisface sus ansias infinitas de verdad y bien. 2. esta formado
por tres principios jerarquizados: espiritual, cognitivo y vital
·
San
Agustín afirma que la verdad espiritual es la meta a la que se debe llegar
despues de haber dudado y razonado. La duda es prioridad para alcanzar esa
verdad iluminada y, por supuesto, la felicidad, porque la duda permite afirmar mi existencia como creación del ser perfecto.
SAN BUENAVENTURA
·
Para
San Buenaventura el conocimiento sensible se da gracias a que un objeto
sensible afecta el órgano sensorial. Según esto, se podría pensar que el
conocimiento para este autor es pasivo por parte del hombre, pues al parecer
sólo está a la espera de ser afectado por el objeto. Sin embargo, esta
apreciación se clarifica al entender que
aunque el objeto afecte al órgano sensorial, es la facultad sensitiva la que
juzga el contenido de la sensación.
TOMÁS DE AQUINO
·
Frente
a las doctrinas que afirman que el conocimiento se da exclusivamente por los
sentidos y frente a aquellas que plantean la existencia de ideas innatas, Santo
Tomás toma distancia al mostrar que el
entendimiento en si mismo está vacío y proponerlo como pura sustancia.
·
La
teoría del conocimiento de Santo Tomás se basa en el intelectualismo
aristotélico, ya que no se fundamenta en una limitación a los datos de los
sentidos sino que para él el sujeto comienza con lo dado, pero ha de seguir
posteriormente un proceso sistemático y metódico. En lo que concierne al
conocimiento sensitivo, Santo Tomás propone una explicación empirista del
conocimiento humano, porque estima que
todo conocimiento ha de partir de una reflexión que se da en la experiencia
sensible y considera que el conocimiento empieza por la sensación y continúa
por el pensamiento.
GUILLERMO DE OCKHAN
·
Guillermo
de Ockham formula el principio comúnmente conocido como "Navaja de
Ockham", según este "no se deben multiplicar las entidades más de lo
estrictamente necesario", es decir, una teoría tendrá más poder
explicativo si evita postular elementos innecesarios, se debe examinar por
tanto, cuidadosamente toda explicación, con el fin de evitar las confusiones
que se producen al postular entidades sin la debida comprobación. Así, se
deduce que este principio se constituye en un mecanismo para construir teorías fundamentadas en la
verificación y la experiencia.
·
44.
Guillermo de Ockham rechaza el conocimiento abstracto y propone la intuición
sensible de la realidad como forma valida y posible del conocer. Desde la
perspectiva de la epistemología de Ockham cabe la posibilidad del desarrollo
del conocimiento empírico, caracterizado
por la primacía de la experiencia que condiciona el pensamiento.
2. EPISTEMOLOGIA DEL
RENACIMIENTO
ASPECTOS GENERALES DEL RENACIMIENTO
·
Durante
el renacimiento, encontramos una nueva actitud científica y artística como
herencia de la cultura griega. Se desarrolla una crítica a la moral y a la
autoridad establecida en la edad media. Los humanistas del renacimiento son
hombres comprometidos que denuncian una situación socioeconómica injusta. Dos
razones que explican esta afirmación sobre el renacimiento son la liberación de la conciencia y el
reconocimiento del valor y de los derechos del individuo.
EDMUND BURKE
·
Para
Burke, el gusto no es una idea simple, sino que está constituida por la
percepción de los placeres primarios de los sentidos, de los placeres
secundarios de la imaginación, y de las conclusiones sobre las relaciones de
estos, por parte de la facultad de razonar. Ahora bien, Burke concluye que hay
fundamento suficiente para razonar de un modo concluyente sobre el gusto, pues
en la base de todo esto están los sentidos, los cuales son los mismos en todos
los hombres y por lo tanto, las sensaciones que surgen a partir de ellos no
cambian, de lo que se deduce que la
investigación y argumentación de Burke parten de una base empírica.
·
Para
Burke, existen en el hombre dos tendencias fundamentales: una que lo lleva a
conservar su propio ser y otra que lo conduce a la vida en comunidad. En la
primera descansa el sentimiento de lo sublime y en la segunda el sentimiento de
lo bello. Lo bello reúne, lo sublime aísla. Lo uno civiliza, puesto que
desarrolla las formas agradables del trato y sirve al refinamiento de las costumbres.
Lo otro penetra hasta el fondo del Yo y nos entrega por completo a nosotros
mismos. Según lo anterior, se puede afirmar que 1. En la vivencia de lo sublime desaparecen todas las limitaciones del
Yo 2. En lo sublime, el Yo se encuentra devuelto a sí mismo y tiene que
afirmarse en su independencia frente al universo, tanto físico como social.
GIORDANO BRUNO
·
Giordano
Bruno defendió la doctrina de la infinitud del universo, el cual no es
concebido como un sistema de seres rígidos, articulados en un orden dado desde
la eternidad, sino en un conjunto que se transforma continuamente, que pasa de
lo inferior a lo superior y de este a aquel, por ser, en el fondo, todo una y
la misma cosa, es decir, la vida infinita e inagotable. La infinitud espacial y
temporal del universo corresponde a la infinitud de Dios. Es totalmente
coherente con el pensamiento de Bruno la teoría que afirma que Dios se encuentra a la vez dentro y fuera
del mundo, es causa inmanente y se encuentra infinitamente por encima del mundo.
TOMÁS HOOBES
·
La
filosofía de Hobbes está marcada por dos elementos fundamentales como son el
científico y el político. Así, mientras que por un lado, la filosofía
mecanicista de Hobbes busca afrontar el problema político de la constitución de
la sociedad intentando evitar la guerra civil, por otro lado, su filosofía
política es una confirmación de su pensamiento mecanicista. Por lo tanto, para
Hobbes la filosofía es un sistema
complejo y articulado y la vida en sociedad sólo se entiende a partir de la
ciencia.
II.
ÉTICA DE LA ANTIGÜEDAD, EDAD MEDIA Y DEL RENACIMIENTO
JUSTIFICACIÓN Y ORIGEN DE LA ÉTICA.
La búsqueda de justificación. ¿De dónde
proviene la ética? En esta interrogación se unen dos cuestiones muy diferentes,
una sobre un hecho histórico y la otra sobre la autoridad. La inquietud que han
suscitado ambas cuestiones ha influido en la configuración de muchos mitos
tradicionales acerca del origen del universo. Estos mitos describen no sólo
cómo comenzó la vida humana, sino también por qué es tan dura, tan penosa, tan
confusa y cargada de conflictos. Los enfrentamientos y catástrofes primitivas
que éstos narran tienen por objeto —quizás por objeto principal— explicar por
qué los seres humanos han de someterse a normas que pueden frustrar sus deseos.
Ambas cuestiones siguen siendo apremiantes, y en los últimos siglos numerosos
teóricos se han esforzado por responderlas de forma más literal y sistemática.
Esta búsqueda no es sólo fruto de la
curiosidad, ni sólo de la esperanza de demostrar que las normas son
innecesarias, aunque estos dos motivos son a menudo muy fuertes. Quizás esta
búsqueda deriva, ante todo, de conflictos en el seno de la propia ética o
moralidad (para los fines tan generales de este artículo no voy a distinguir
entre ambos términos). En cualquier cultura, los deberes aceptados entran a
veces en conflicto, y son precisos principios más profundos y generales para
arbitrar entre ellos. Se busca así 1a razón de las diferentes normas
implicadas, y se intenta sopesar recíprocamente estas razones. A menudo esta
búsqueda obliga a buscar, con carácter aún más amplio, un árbitro supremo la
razón de la moralidad sin más.
Esta
es la razón por la que resulta tan compleja nuestra pregunta inicial. Preguntar
de dónde proviene la ética no es como preguntar lo mismo acerca de los
meteoritos. Es preguntar por qué actualmente hemos de obedecer sus normas (de
hecho, las normas no agotan la moralidad, pero por el momento vamos a
centrarnos en ellas, porque son a menudo el elemento donde surgen los
conflictos). Para responder a esta cuestión es preciso imaginarse cómo habría
sido la vida sin normas, e inevitablemente esto suscita interrogantes acerca del
origen. La gente tiende a mirar hacia atrás, preguntándose si existió en alguna
ocasión un estado «inocente» y libre de conflictos en el que se impusieron las
normas, un estado en el que no se necesitaban normas, quizás porque nadie quiso
nunca hacer nada malo. Y entonces se preguntan «¿cómo llegamos a perder esta
condición pre-ética?; ¿podemos volver a ella?». En nuestra propia cultura, dos
respuestas radicales a estas cuestiones han encontrado una amplia aceptación.
La primera -que procede principalmente de los griegos y de Hobbes- explica la
ética simplemente como un mecanismo de la prudencia egoísta; su mito de origen
es el contrato social. Para esta concepción, el estado pre-ético es un estado
de soledad y la catástrofe primitiva tuvo lugar cuando las personas comenzaron
a reunirse. Tan pronto se reunieron, el conflicto fue inevitable y el estado de
naturaleza fue entonces, según expresa Hobbes, «una guerra de todos contra
todos» (Hobbes, 1651, Primera Parte, cap. 13, pág. 64) aun si, como insistió
Rousseau, de hecho no habían sido hostiles unos con otros antes de chocar entre
sí (Rousseau, 1762, págs. 188, 194; 1754, Primera Parte). La propia
supervivencia, y más aún el orden social, sólo resultaron posibles mediante la
formación de normas estipuladas mediante un trato a regañadientes (por supuesto
este relato solía considerarse algo simbólico, y no una historia real). La otra
explicación, la cristiana, explica la moralidad como nuestro intento necesario
por sintonizar nuestra naturaleza imperfecta con la voluntad de Dios. Su mito
de origen es la Caída del hombre, que ha generado esa imperfección de nuestra
naturaleza, del modo descrito -una vez más simbólicamente- en el libro del
Génesis. (Mary Midgley. Peter Singer (ed.), Compendio de Ética. Alianza Editorial,
Madrid, 1995 (cap. 1, págs. 29-41)
1.
DEFINICIÓN ETIMOLÓGICA.
El
término ética viene de la palabra griega Ethos. Éste vocablo significa uso,
hábito, costumbre. En
este campo de trabajo se puede afirmar como la ética es el desarrollo reflexivo
sobre los hábitos y las costumbres. En otras palabras, la ética lleva a cabo la
discusión en torno a los modos de vida
de la sociedad.
Algunos significados que se le han dado al
término ética durante la historia de la filosofía son: para Homero el Ethos es
el ‘lugar habitado por hombres y animales’. Heidegger continuando con esta
línea afirma ‘la morada (lugar) o Ethos del hombre es el ser’. Zenón de Citio,
en cambio considera como el Ethos es la
fuente de vida de la que manan los actos singulares. Aristóteles concibe la
ética como temperamento, carácter, hábito y modo de ser. Ésta acepción es la
más relevante y conocida durante la tradición.
El cimiento de toda esta reflexión se
encuentra en la persona misma. Ésta continuamente busca su construcción y el
formarse hacia bienes mejores. El conjunto de hábitos y costumbres no son
innatos en la naturaleza del hombre. Por el contrario, ellos son adquiridos. En
este sentido el ser humano va haciendo día a día su realización personal. El
proyecto existencial del hombre se configura en el diario vivir dentro de la
sociedad.
Desde lo anterior, la ética ayuda a orientar
dicha realidad. Ella trata de dirigir, y encaminar al hombre en su actividad
humana (actos reflexivos) para que él pueda alcanzar la felicidad y el bien. Es
bueno aclarar como la discusión ética no busca consolidarse en los campos
teoréticos. Más bien busca contribuir a la reflexión sobre la realidad. Su
estudio busca fortalecer la praxis humana.
2.
OBJETO DE ESTUDIO.
La ética encuentra su campo de investigación
dentro del ámbito filosófico en el estudio de la actuación y comportamiento del
hombre moral en la realidad. Se aclara, en este momento, como la ética no busca
plantear normas en torno al comportamiento del hombre. Su acción tiene el horizonte
de buscar elementos fundamentales los cuales contribuyan a orientar la acción
humana y moral. La ética no busca enseñar la manera como se debe dirigir la
vida. Su reflexión busca dar explicaciones a la moral y a la acción humana.
3.
DISTINCIÓN ENTRE ÉTICA Y MORAL
· La ética significa la reflexión sobre las
costumbres y formas de vida. La moral, en cambio, es la discusión en torno a
las normas y reglas que orientan los hábitos y las costumbres de una sociedad y
de la actividad humana.
·
La ética sólo acompaña a la actividad reflexiva del hombre, el cual
busca la felicidad. Además, ella no busca imponer una normatividad. La moral,
sólo se limita a discurrir, en torno a las normas que orientan el vivir de una
comunidad.
·
La ética necesita del campo de acción de la moral para realizar sus
consideraciones, reflexiones y conclusiones.
4.
PROBLEMA DEL CAMPO ÉTICO
El ámbito de las actuaciones humanas es muy
general. El intento de hacer una reflexión en torno a los actos que el hombre
realiza a través de su vida parece moverse en un ámbito bastante amplio. Muchos
de los hábitos y costumbres tienen multiplicidad de significados en medio de la
cultura. El mundo en el cual se mueven los modos de vida del hombre es variado,
amplio y complejo.
PRINCIPALES
ESCUELAS ÉTICAS DE LA ANTIGUEDAD
|
|
ÉTICAS
FORMALES
|
ÉTICAS
MATERIALES
|
ESTOICISMO
(Zenón de Citio, Séneca, Marco
Aurelio).
·
Para esta escuela de pensamiento la rectitud del hombre y su verdadera
constitución se encuentra en el cumplimiento de la ley que le dicta la razón
y en la aceptación total de la
·
propia vida con todas sus circunstancias. La existencia de la persona
se limita a lo impuesto por la razón y el destino.
·
El ideal del hombre estoico está en lograr el estado de ataraxia. Esto
significa como el hombre debe permanecer imperturbable ante dolores, pasiones
sufrimientos y problemas.
·
El principio fundamental que maneja esta doctrina es el siguiente: el
bien consiste en vivir conforme a la naturaleza. Ésta tiene un elemento
fundamental: la razón. El individuo debe cultivar una vida sencilla de
acuerdo con la naturaleza (la razón).
|
HEDONISMO
(Aristipo de Cirene:
Cirenaícos)
·
Los cirenaícos consideran que la felicidad consiste en la serenidad de
ánimo. Ésta serenidad solo se da o se obtiene por medio del
dominio del hombre sobre sí mismo.
·
Pero, ¿en dónde se apoya la felicidad? El punto de referencia para
hablar de este aspecto se encuentra en el logro placentero. Por eso, el
supremo bien o la virtud para esta corriente ética es el placer. La conducta
humana debe encaminarse a su consecución.
·
El placer es el único goce. Además es el centro motor de la vida.
Aristipo se cuida de advertir que la razón humana debe controlar la cantidad
de placer a fin de que este no obstaculice la felicidad.
·
El placer cirenaico no es burdo, ni mucho menos rebaja y somete al
hombre. Por el contrario, el verdadero, sabio debe apreciar los placeres más
sutiles y elevados. El orgullo del cirenaico está en sentirse dueño y no
objeto de los placeres.
|
ÉTICA
DE LA GRECIA ANTIGUA.
El fundamento con el cual se empieza a
desarrollar la discusión ética en occidente es la búsqueda de una comprensión
racional de los principios de la conducta humana. Esta labor es iniciada por
los griegos con pensadores tales como Sócrates, Platón y Aristóteles. Dicha
labor es continuada por los estoicos y los epicúreos. A su vez esta reflexión
llega a Lucrecio, Cicerón y Marco Aurelio pertenecientes al pensamiento romano.
El tema de la ética griega gira en torno a
dos términos: eudaimonía y areté. Estos términos significan felicidad y virtud
respectivamente. El primero representa la fuente desde la cual se originan los
sentimientos de placer y satisfacción. El segundo, en cambio, se relaciona con
los términos de sabiduría, justicia, coraje y moderación.
El objeto de la investigación ética griega
tiene como marco referencial la vida buena del individuo. Lo que realmente
importaba para este pueblo era la cuestión fundamental sobre el tipo de
existencia que el ciudadano debía asumir y los criterios a utilizar para
responder a preguntas de esta índole.
El auge de la ética griega radica en la
reflexión que se hace del individuo de acuerdo con su relación con la ciudad
estado (Polis). En otras palabras, el desarrollo del Ethos griego enfrenta al
individuo con las exigencias de una sociedad claramente constituida y
organizada. La pregunta ahora sería: ¿cómo vivir bien en medio de esta
realidad?
La propuesta de los áticos conquista otros
campos. No se busca una reflexión la cual consolide el orden ético del individuo
(singular). Por el contrario, ellos hacen una invitación para que el sujeto
entre a participar de acuerdo con sus capacidades y aptitudes en el desarrollo
de la sociedad. No se puede olvidar
como el hombre está destinado a compartir con los otros y a contribuir a la
vida en comunidad.
Dos
planteamientos no se pueden olvidar:
1)
Sócrates y Platón: Sócrates formula claramente un elemento el cual contribuye a
esta reflexión: ¿cómo debe vivir un hombre para alcanza la eudaimonía. Aquí se
encuentra una llamada a pensar sobre lo que realmente debe desear la vida
humana. Esta pregunta es la invitación a conocer la forma como cada sujeto debe
vivir para consumar o llevar a buen término su existencia. Lo anterior
significa como la vida, en última instancia, debe configurarse con la virtud
(areté). Platón continúa dándole forma a este proyecto.
2) Aristóteles con respecto al proyecto iniciado por
Sócrates adopta una concepción diferente. Para él la vida se encuentra
configurada con la areté cuando ésta resulta ser la vía del intelecto. La
realidad de la moral y las virtudes toman sentido aquí. En este caso la vida
encuentra su fundamento cuando ella se adapta a los principios dictados por el
intelecto. Estos elementos han sido cultivados en la virtud. (Fuente:
http://efraguza.tripod.com/id17.html)
Antigua
Grecia
Desde el inicio de la reflexión filosófica ha
estado presente la consideración sobre la praxis. Platón elabora un completo
tratado de ética política, la República.
La Ética
a Nicómaco, el primer tratado de ética de Aristóteles, se basa en la
premisa de que todo ser humano busca la felicidad (ética eudemónica). Para
Aristóteles todos los seres naturales tienden a cumplir la función que les es
propia y están orientados a realizar completamente sus potencialidades. El
bien, que es lo mismo que la perfección de un ser o la realización de las
capacidades es cumplir su función propia, aquello a que solo él puede realizar.
También los seres humanos están orientados a la realización plena de la función
que les es propia. El problema que se suscita, entonces, es cuál es la función
propia del hombre. Y si acaso hay más de un bien propio del hombre, cuál es el
bien más alto y más perfecto de los que puede alcanzar el ser humano?
Como en otras de sus obras, Aristóteles releva
las opiniones de sus contemporáneos al respecto y comprueba que todas parecen
estar de acuerdo en que el objetivo supremo del hombre es vivir bien y ser
feliz, aunque hay muchos desacuerdos respecto de en que consiste la felicidad y
el buen vivir.
Solo son morales las acciones en las que se
puede elegir y decidir qué hacer. En cambio, no son morales ni inmorales las
acciones padecidas, compulsivas o forzosas. Lo que es moral es la acción que
depende de la voluntad. ¿Cuándo se actúa correctamente? La forma correcta de
actuar está pautada por las costumbres de la comunidad a la que se pertenece y
se aprende con la educación. Cuando se actúa de acuerdo con estas pautas, se
vive bien y se es virtuoso.
Por otra parte, los filósofos estoicos y
epicúreos propusieron teorías morales basadas en principios opuestos: la virtud
y la vida con moderación (estoicismo), y la búsqueda del placer (epicureísmo). (http://lomejoedelaetica.blogspot.es/)
2.
ÉTICA MEDIEVAL Y RENACENTISTA
a) La
patrística.
Los maestros de la patrística tenían como
objetivo central hacer una interpretación de las sagradas escrituras y de la
tradición judeo-cristiana. Dicha labor fue emprendida con la ayuda de algunas
ideas derivadas de la filosofía griega y romana. La ética en este momento pasa
a ser explicada desde el ámbito religioso y filosófico. Dos ideas son
desarrolladas en este momento:
1) Clemente de
Alejandría sostiene que mediante el ejercicio de la razón natural, algunos de
los filósofos de la antigüedad habían llegado a conclusiones adecuadas al tipo
de vida idóneo para los seres humanos. Dichas conclusiones coinciden en algunas
partes con la doctrina moral cristiana. El descubrimiento particular realizado
por la filosofía griega y que a su vez interesaba a los padres de la Iglesia
era el de razonamiento práctico. Éste se entiende como una facultad con la cual
se puede elegir la forma correcta de actuar.
En esta misma línea, San Jerónimo desarrolla
el planteamiento por medio del cual existe en todos los hombres un recurso
innato que ayuda a los hombres a llevar una vida buena o a caminar hacia la
virtud. Con el término synderesis, este padre de la Iglesia pone de manifiesto
que en el hombre hay una facultad encargada de distinguir entre el bien y el
mal. Bajo esta capacidad se puede realizar un discernimiento entre los actos
buenos y malos.
2) Platón y algunas
tradiciones místicas antiguas presentan la doctrina de la purificación moral.
Ésta se comprende como la huida del alma lejos del mundo. Lo anterior se hace
presente en algunos de los escritos de Plotino. Más adelante, dicha doctrina es
introducida al cristianismo patrístico por Orígenes. Éste planteamiento fue
generalizado por Gregorio de Nisa, Dionisio Areopagita y Scoto Eriúgena.
En esta línea, San Agustín se da cuenta como
Dios dota a cada hombre de una conciencia con la cual puede conocer la ley
moral. Pero, al ir más allá, descubre como ese conocimiento no basta para la
virtud. Ésta exige necesariamente el dirigir la voluntad hacia el bien. Para
lograr lo anterior, Dios ilumina el alma mediante una revelación de su propia
bondad. En este momento el alma se carga de amor por la perfección de Dios.
Pero se necesita un elemento fundamental: la voluntad debe esforzarse por
lograr la unión con él. Aquí se puede afirmar como la valoración de los actos
morales se da cuando las actuaciones individuales están de acuerdo con el plan
divino. Es decir, los actos del ser humano deben estar en consonancia con la
ley de Dios.
Dionisio Areopagita considera el mérito que
la voluntad debe tener para llegar a configurarse con lo divino. Él afirma como
una acción es buena si su tipo, motivo y resultado también lo es. Pero si algún
elemento de los citados con anterioridad es malo, la acción puede considerarse
como negativa.
2. La
escolástica
En el desarrollo de la patrística y en el
inicio de la escolástica la discusión moral pasó a ser de carácter teológico.
Su punto de trabajo se ubicó en dos asuntos:
a) presentar las cuestiones normativas
acerca de qué virtudes cultivar, qué acciones evitar y qué metas perseguir.
b) establecer la estructura general de
la moralidad. En principio dicha labor no fue algo sistemático.
En esta misma tónica, San Anselmo empezó a
fomentar una discusión más ordenada. Adopta el planteamiento de San Agustín el
cual afirma cómo la gracia de Dios induce en el alma una disposición para
avanzar hacia el bien. En este momento las acciones deben estar en consonancia
con lo que quiere el mismo Dios. Pedro Abelardo reconoce como la voluntad del
sujeto debe estar de conformidad con el proyecto de Dios. Un acto realizado por
el individuo se considera como bueno cuando
asume dentro de sí la ley divina.
Santo Tomás intenta sintetizar el pensamiento
griego y la doctrina cristiana en una sola filosofía. En el campo de la ética,
él se dedica a presentar cómo los paralelismos entre las ideas de virtud
originadas en la antigüedad y las producidas por el cristianismo pueden
desarrollarse para establecer un fundamento racional de la moral y demostrar
con ello una formulación de la virtud verdadera la cual pudiese ser vinculante
para cualquier ser humano dotado de la facultad intelectiva.
El doctor Angélico logró, desde lo anterior,
suscribir una concepción racionalista dentro del pensamiento moral. Su contacto
con los escritos de Aristóteles le permiten llegar a buen término en dicha
labor. Únicamente bajo el auspicio de los escritos del maestro griego se pudo
crear una forma de eudemonismo consecuencialista. Éste significa que la acción recta
es la conducta la cual tiende a promover
o de hecho realiza la consumación del ser humano.
3.
Renacimiento.
Hacia el siglo XIII y XIV la reflexión ética
tomó dos caminos distintos. El primero intenta continuar con la propuesta
Aristotélica y la teoría tomista. El segundo se encamina, más bien, por una
reacción en contra de la escolástica y de la tradición predominante hasta el
momento.
En cuanto al primer movimiento es bueno decir
como la tradición aristotélica continuó evolucionando. Esta corriente tuvo dos
direcciones:
a)
Italia: un grupo de escritores y científicos naturalistas radicados en
la ciudad de Padua se remontaron a los trabajos de algunos averroístas y a su
vez al mismo Aristóteles donde encontraron la fuente de una teoría ética
totalmente congruente con su manera de ver el mundo. Su principal representante
es Pietro Pomponazzi.
b) La península Ibérica: la tradición
tomista persiste en este territorio con un grupo de pensadores neoescolásticos
católicos. La teoría desarrollada en
esta parte del hemisferio fue la de exponer y comentar la obra de Santo Tomás y
Aristóteles. El aporte de este grupo de pensadores a la tradición fue la de
adaptar toda esta estructura de pensamiento a las nuevas circunstancias que el
mundo estaba viviendo. Aquí se puede encontrar a Francisco de Vitoria. Él
reflexionó acerca de la doctrina sobre la guerra justa, donde el factor
predominante es la legitimidad para usar la violencia bajo la causa de la
defensa de la sociedad. Suárez, en cambio, buscando ir más allá de las tesis de
Santo Tomás y bajo la inspiración de Ockham reconoce la concepción por medio de
la cual la voluntad del agente y la de Dios desempeñan un papel importante en
la determinación de la vida moral de la conducta.
El segundo movimiento tuvo como objetivo en
contra del Aristotelismo y sus posteriores reflexiones. Se inclinó por un regreso
hacia las doctrinas platónicas. La raíz de este movimiento se encuentra en el
auge de la ciencia empírica y la fragmentación de la unidad en la Iglesia
católica. A su vez hay un redescubrimiento de los autores de la antigüedad y un mayor disponibilidad de a sus textos.
Nicolás de Cusa, por ejemplo, construye una explicación de la realidad según la
cual hay un movimiento general de toda la humanidad hacia Dios, orientado por
el amor místico. Éste trabajo tiene la inspiración de la metafísica platónica y
pitagórica y la mística cristiana. La academia neoplatónica de Florencia, bajo
el patronato de Cósimo de Médici continúa con dicha línea. Ésta se distinguió
por las numerosas traducciones de los textos clásicos. Introdujo en el
movimiento renacentista nuevas ideas, forjando así una forma diferente de
pensamiento moral y social. Estos humanistas empezaron a fijar su mirada en el
texto de la República de Platón encontrando en él un modelo perfecto para la
expresión literaria de sus ideas. Dos figuras de este movimiento son: Marsilio
Ficino y Giovanni Pico della Mirándola. Ficino al unir las ideas presocráticas
y las agustinianas sobre la eficacia causal del amor como principio universal
pasa a identificar esto con una noción generalizada de hombre, formando así la
idea de humanidad como valor moral primordial. (Fuente: http://efraguza.tripod.com/id17.html)
ÁMBITO ÉTICO DE LA ANTIGÜEDAD, MEDIEVAL Y RENACENTISTA
Ético: Incluye la reflexión
filosófica sobre el conjunto de principios, normas y valores que fundamentan
las acciones de los grupos humanos en las distintas épocas de la historia. Las
preguntas indagan por las concepciones éticas elaboradas por diversos autores y
por las corrientes filosóficas más representativas. Se tienen en cuenta
problemas como la naturaleza de los valores, el sentido de la conciencia y de
la razón en el obrar humano, las distinciones entre ética y moral, y, en
general, las reflexiones éticas sobre la ciencia, la sociedad y la cultura.
ÉTICA ANTIGUA
·
Los
conceptos de bueno y malo presentes en las teorías de la moralidad, no son
iguales para todos los pueblos y grupos sociales. Para el hombre de las
primeras civilizaciones, bueno y malo significaban lo lícito y lo ilícito, lo
permitido y lo prohibido por los dioses. Posteriormente, por ejemplo en la
Grecia Antigua, estos conceptos se relacionaron con las costumbres y fueron
sinónimo de lo que se ajustaba a la tradición y de lo que se separaba de ella.
De esta forma, a lo largo de la historia de la moralidad humana 1. Las diferentes civilizaciones han
mantenido su tradicional contenido moral sin transformar su arraigado esquema
de costumbres 2. Las concepciones morales se han ido transformando y han
generado una nueva visión de la realidad moral al juzgarla de diferentes
maneras.
·
La
raíz griega “ethos” (de la cual proviene la palabra “ética”) y la palabra
latina “mores” ( de la cual se origina el término “moral”), se relacionan con
las costumbres humanas. Sin embargo, debemos aclarar que con ello no se precisa
lo específico de la ética como disciplina filosófica y su diferencia con la
moral. De esta forma, es importante
distinguir adecuadamente la Ética de la moral, porque aunque la ética y la
moral se ocupan de lo mismo, persiguen objetivos distintos.
·
En
el diálogo El Gorgias de Platón, Sócrates afirma que en todos los casos, es
mejor sufrir una injusticia que cometerla, y si se comete debe ser confesada,
pues el hombre que comete una injusticia y queda impune, se convierte en el más
desdichado de los hombres, porque un
alma injusta es un alma enferma y así como un cuerpo enfermo es infeliz, un
alma enferma es desdichada.
·
Protágoras
sostiene el perpetuo movimiento de las cosas; esto lo lleva a afirmar que el
verdadero comportamiento moral es la adecuación a las circunstancias. De lo
anterior, se deduce que Protágoras propone una ética dependiente de las épocas y los hombres.
·
Los
pitagóricos solían recomendar a sus discípulos lo siguiente: "No permitas
que el sueño caiga sobre tus ojos cansados antes de haber sopesado todos los
actos del día? En que falle? ?Que hice, que deber omití? Empieza por ahí y
prosigue, después de lo cual censura lo que este mal, y del bien que hayas
hecho regocíjate". Estas palabras constituyen una clara invitación a poner
en práctica lo que en ética y en psicología se conoce como examen de conciencia.
·
Los
Epicúreos clasificaron los placeres en naturales y necesarios, en naturales y
no necesarios y en no naturales y no necesarios. Los primeros fueron
considerados como verdaderos y provechosos; los segundos debían ser limitados
en su uso, ya que incitaban al apego por las cosas terrenales; y los últimos
placeres eran de los que sé tenía que huir. Esta división de los placeres
realizados por la escuela moralista privilegio una concepción naturalista de la ética fundada en principios
espirituales y una interpretación hedonista de la vida basada en la
satisfacción de los placeres.
·
Aristóteles
en su Ética nos enseña que la suma felicidad radica en la virtud, la cual
consiste en vivir conforme a la naturaleza humana. Las virtudes morales, que
perfeccionan la voluntad, consisten en guardar el justo medio entre dos
extremos viciosos. Estas virtudes se
adquieren por la práctica, así como los vicios. Aristóteles aplica estos
postulados éticos cuando plantea que la valentía es la virtud entre la cobardía
y la temeridad.
·
Según
los estoicos, un acto solamente pertenece al ámbito de la moral, es decir,
puede ser bueno o malo, cuando depende de nuestra decisión. Los actos que no
dependen de nosotros son indiferentes para la moral. De acuerdo con esta noción
es posible afirmar que la muerte deja de
ser indiferente y se convierte en moral mediante el suicidio.
·
Frente
a la ética estoica que se basa en la renuncia a los placeres del mundo y en el
sometimiento al destino, aceptándolo y viviéndolo, el epicureísmo dice que a la
felicidad se llega a través del placer espiritual, único medio que lleva al
hombre al conocimiento de sí mismo. Por lo tanto, la ética estoica es
desestimada por Epicuro, porque los
placeres hacen parte de la naturaleza humana y por tanto, debe tenerse en
cuenta al momento de pensar la felicidad.
·
En
el período grecorromano los filósofos, a excepción de los neoplatónicos, se
preocuparon por hallar una regla de conducta humana que proporcionara el
equilibrio de las pasiones. Así, los estoicos sostuvieron que el bienestar del hombre
consiste en dominar todo aquello que pueda perturbar su paz. Es decir que para
los estoicos los hombres poseen una
entereza de carácter que acepta los padecimientos.
·
Para
los cínicos el bien del hombre consiste en vivir solo, sin familia ni patria
para alcanzar su felicidad que la obtiene mediante la supresión de las
necesidades. Esto los llevó a despreciar el bienestar, las riquezas, los
honores, el amor y todo aquello que pudiera hacerlos dependientes de algo o de
otro. De lo anterior podemos deducir que 1.
la felicidad del hombre significa dejar de lado cualquier elemento que sugiera
un lazo. 2. la autarquía que significa vivir con sus propios recursos es el
ideal de vida para un cínico.
·
En
el siglo V a.C. la influencia de los sofistas en Grecia, la difusión del
relativismo y el convencionalismo en cuestiones políticas y morales, así como
los constantes pleitos condujeron a cada uno de los individuos a utilizar palabras
como "justicia e interés de la ciudad" en sentidos diferentes, de acuerdo
con su conveniencia. Por lo tanto, en Grecia el bien y la virtud eran asuntos relativos y correspondían a las
intenciones de cada persona.
·
La
crítica socrática de la democracia se combinaba con un aprecio por las Leyes
del Estado. Cuando Sócrates fue condenado a muerte por la asamblea, tuvo la
oportunidad de huir de la cárcel. Sócrates se negó, pues era consciente de que
había sido condenado conforme a las leyes de Atenas por las cuales sentía un
profundo respeto. Así, afirmaba que la justicia caracterizaba a la sociedad en
su conjunto y el Estado justo era aquel en el que cada quien llevaba a cabo su
función como ciudadano. Sin embargo, a pesar de conocer los vacíos que tenía el
sistema aceptó la pena de muerte, porque fue
consecuente con el concepto de justicia que predicó y defendió durante su vida
y al aceptar la condena, demostró con su muerte, el amor por la consistencia
entre la verdad y su práctica.
·
La
proposición de Sócrates de que aquel que conoce claramente el bien también lo
quiere y lo realiza, resulta exacta en la medida en que una conducta plenamente
buena, no sólo incluye en sí la bondad objetiva de lo querido, sino también la
prioridad valorativa objetivamente fundada como lo mejor en cada caso. Sin
embargo, algunos piensan que si se observa con cuidado las implicaciones de
este enunciado, puede resultar un tanto ingenuo en cuanto 1. la acción buena no depende de una reflexión que la sustente. 2. el
deseo y el conocimiento son fácilmente rebasados por la realidad de la vida.
ÉTICA MEDIEVAL Y RENACENTISTA
·
Santo
Tomas definió el derecho natural como aquel conjunto de principios
fundamentales que tutelan la vida del individuo y que tienen un carácter universal,
permanente e inalienable. Estos principios no son creados por el hombre, sino
por la propia naturaleza. Es un derecho anterior a la formación del Estado. Por
lo tanto, la moral basada en los principios del derecho natural es valida para cada pueblo según el derecho
adoptado y reconocida por todos los ordenamientos sociales y políticos.
·
Muchos
filósofos medievales tuvieron dificultades para explicar la existencia del mal
en el mundo, entre otras cosas porque resultaba difícil entender como Dios,
siendo un ser infinitamente bueno, permitió que el mal existiera y azotara a
los hombres. Una manera racional como se puede resolver esta dificultad
consiste en afirmar que el mal NO existe
realmente pues es un estado negativo procedente de la falta de bien.
·
Santo
Tomás de Aquino acepta las tres características de la ética aristotélica que
son el intelectualismo, la búsqueda de la felicidad y la realización del fin
último. Pero añade que si la felicidad intelectual, racional aristotélica se alcanza
en este mundo entonces el hombre puede ser feliz en el transcurso de su vida,
separándose con esto de Aristóteles, porque para Santo Tomás Dios es la felicidad de todo hombre.
·
Para
San Agustín, el libre arbitrio designa la posibilidad de elegir entre el bien y
el mal, aunque gozar de libre arbitrio no siempre significa ser libre, pues
serlo depende del uso que se haga de Él, ya que para San Agustín es fundamental
distinguir entre el obrar por elección y
el obrar por libertad.
·
Para
algunos autores medievales, la razón humana es el principio del obrar humano y
por tanto, obrar bien es obrar de acuerdo con los designios de la razón.
Ockham, por su parte, postula una ética desvinculada de cualquier tipo
racional. Todos los preceptos morales penden de la pura voluntad divina. De
esta forma, un acto es malo únicamente porque Dios lo prohíbe y bueno porque lo
ordena, para alejarse por completo de los principios tradicionales del obrar
humano que se basan en la razón humana Ockham propone que Dios podría haber creado un orden moral en el que el robo, el
crimen y el odio a Dios hubieran sido actos meritorios.
·
Los
primeros representantes de la Patrística sostenían que los hombres han recibido
de Dios el libre albedrío para que puedan optar por el bien o por el mal. Si en
el ejercicio de esa facultad el individuo se inclina por el mal, tiene la posibilidad
de volver a Dios por medio del reconocimiento del pecado y la realización de
acciones moralmente buenas. De lo anterior se deduce que por medio del arrepentimiento sincero el hombre puede volver a
integrarse en la unidad divina.
·
Pitágoras
propone al hombre como camino ético, esforzarse por liberar su alma de la
reencarnación, purificándola por medio de una vida que comporte la contemplación
intelectual del orden establecido en los números para conseguir la felicidad
que está más allá de la vida material. De lo anterior se deduce que es necesario evitar ascéticamente las
impurezas provenientes de lo corporal.
·
Según
Aristóteles, el fin de las acciones humanas es lograr la felicidad, en este
sentido, el "Bien Supremo" es ser feliz y toda acción que conduzca a
dicho Bien es virtuosa. Ahora bien, si "vivir feliz" es vivir
conforme a la virtud, los seres humanos viven felizmente cuando sus acciones están constituidas por la
virtud.
·
San
Gregorio de Nisa, uno de los primeros Padres de la Iglesia, afirma que el ser
humano tiene la capacidad de alejarse del bien mediante su libre albedrío
porque su existencia se dio gracias a la voluntad creadora de Dios. El Santo
sostiene que la divinidad ha existido desde siempre como el Ser absolutamente
bueno e inmutable que hizo al hombre a imagen y semejanza suya. Sin embargo,
aunque la persona es imagen de Dios comete actos malos, porque a su ser personal le es propio decidir si
acepta o rechaza al Ser Supremo y si su naturaleza es creada entonces el hombre
es imperfecto en sí mismo y mutable hasta en el campo ético.
·
Es
común a los gnósticos el afirmar la absoluta trascendencia de Dios, de tal
manera que no puede ser creador del mundo, pues no puede tener contacto alguno
con él ya que el origen del mal es la materia. Frente a esta postura, los
Padres de la Iglesia defienden que Dios es creador del mundo y para ello
afirman que Dios es creador a partir de
una materia prexistente.
·
Para
el aristotelismo, el alma es la forma sustancial del cuerpo, es decir, es el
principio biológico co-extensivo a todo lo que vive, y por tanto, de cierta
manera no puede desprenderse del ser vivo. Por su parte, Tomás Campanella se
aleja de las doctrinas aristotélicas al considerar, primero, que el alma puede
elevarse desde el saber que ella posee de sí misma hasta la contemplación de
las ideas y por último de Dios, y segundo, al proponer una teoría que permita una relación directa con Dios a través del alma.
·
Si
afirmamos que todos los seres mundanos están constituidos de materia-forma,
entonces los ángeles como tal, carecerían de materia y sólo tendrían forma. No
obstante, San Buenaventura argumentaba que los ángeles también tendrían un
componente material, pues si su constitución fuese exclusivamente formal,
serían acto puro, lo que es exclusivo de Dios. A este respecto, si se defiende
el principio de individuación que es el que permite diferenciar los seres unos
de otros, se hace necesario negar la multiplicidad de especies angelicales,
porque al ser Dios espíritu puro, sería
imposible diferenciarlo de los ángeles.
·
La
ética como disciplina filosófica tiene como interés central los principios
según los cuales el hombre debe orientar su acción. Estos principios sirven de
pauta para conformar las normas de conducta individual, es decir, para constituir
la moral personal. Sin embargo, se puede afirmar que la ética es una disciplina
eminentemente explicativa y no exclusivamente normativa, porque analiza la forma de ser del hombre en su
generalidad y observa la vida humana en comunidad.
·
Los
pitagóricos solían recomendar a sus discípulos lo siguiente: “No permitas que
el sueño caiga sobre tus ojos cansados antes de haber sopesado todos los actos
del día. ¿En qué fallé? ¿Qué hice, qué deber omití? Empieza por ahí y prosigue,
después de lo cual censura lo que esté mal, y del bien que hayas hecho
regocíjate. Estas palabras constituyen una clara invitación a poner en práctica
lo que en ética y en psicología se conoce como examen de conciencia.
·
San
Agustín considera que los hombres pueden con su voluntad encaminar sus actos
hacia el bien o hacia el mal. De esta manera, establece que la libertad es algo
propio de la voluntad del ser humano otorgada por Dios. De lo anterior se
deduce que una acción Éticamente
deseable nace del libre albedrío de los individuos.
ACTIVIDADES A DESARROLLAR
1. Lea y resuma la guía
de contenido temático correspondiente a
la Epistemología o gnoseología de la Edad Media, y del Renacimiento, al igual
que la Ética de la Antigüedad, época Medieval y Renacentista, a través de
mapas conceptuales, esquemas o cuadros indagando
(consultando) extra clase y preguntando las dudas que surjan sobre las temáticas generales aquí
expuestas al profesor preferiblemente en
clase. Referencia para videos, consulta, diccionarios, etc. página web: Pensamiento y acción filosófica.
2. Elabore
una síntesis de lo que piensan cada uno de los filósofos sobre el conocimiento en
la Edad Media, Renacimiento y lo que plantearon principalmente en Ética los
filósofos de la Antigüedad, Edad Media y el Renacimiento según textos
seleccionados que son la base de la evaluación Icfes del Periodo, consultas y
documentos de la guía.
3. Prepárese para
sustentación individual o grupal a través de conversatorios de todos los
contenidos anteriores vistos.
4. Presente la prueba saber de finalización del
periodo.
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